-Descripción-
Como resultado del paso de las distintas culturas, el patrimonio de La Bureba incluye yacimientos de la Edad del Hierro -Soto de Bureba, Poza de la Sal, Briviesca, Miraveche, Villanueva de Teba, etcéteray restos de poblamientos autrigones -Briviesca, Monasterio de Rodilla, Cubo de Bureba, Santa María Ribarredonda, Poza de la Sal, y otros.
La Bureba es una comarca que se encuentra dentro de la provincia de Burgos (Castilla y León). Se sitúa al noreste de la provincia y está regada por
multitud de arroyos que van a desembocar, a través de los ríos Homino,
Oroncillo , Oca y Tirón al Ebro.
La depresión de La Bureba es una perfecta y modélica cuenca sedimentaria drenada por el curso del río
Oca y sus afluentes, cuyos materiales terciarios se diferencian de un modo claro con la orla montañosa
que la rodea. Se trata de una gran llanura encajonada entre sierras, cerrada al norte por los
Montes Obarenes. Las parameras de Altotero, sobre Poza de la Sal, configuran un límite natural hacia el
oeste. Al sur, los Montes de Oca, la Sierra de la Demanda y el Alto de la Brújula delimitan la depresión
burebana. Esta abierta campiña es una región deforestada, resultado de la acción del hombre. A lo largo
de la historia, los espacios de monte y matorral han dado paso a la enorme superficie cultivable que hoy
contemplamos.
El centro de La Bureba, hacia el norte de Briviesca, está ocupado por un mosaico de terrenos de cultivo
donde sólo aparecen algunas masas arbóreas en las laderas de los Montes Obarenes, incluidos en la
Red de Espacios Naturales de la Junta de Castilla y León y declarados con la categoría de Parque
Natural.
El factor climático tiene gran importancia en la aptitud de las tierras para el cultivo. Las condiciones
climatológicas de La Bureba se caracterizan por inviernos largos y fríos y veranos cortos y frescos. Las
precipitaciones presentan cierta continuidad y regularidad a lo largo de todo el año, exceptuando la época
estival.
El paisaje es un valor esencial del patrimonio de este territorio, uno de sus rasgos principales de
identidad. Así mismo, es un elemento de futuro, porque es el escenario para desarrollar todo tipo de
actividades. La riqueza de su entorno es una de las características de este territorio, con valles, llanuras y
montanas con adscripción a las regiones biogeografías mediterránea, atlántica y de transición entre
ambas.
Como resultado del paso de las distintas culturas, el patrimonio de La Bureba incluye yacimientos de la Edad del Hierro -Soto de Bureba, Poza de la Sal, Briviesca, Miraveche, Villanueva de Teba, etcéteray restos de poblamientos autrigones -Briviesca, Monasterio de Rodilla, Cubo de Bureba, Santa María Ribarredonda, Poza de la Sal, y otros.
- Economía -
En el sector primario, la agricultura, que tradicionalmente ha sido la clave de la economía local durante
siglos, tiene una importancia fundamental para la configuración rural
del territorio, es uno de los elementos decisivos para la composición del paisaje y sigue generando riqueza y empleo en el territorio.
Dentro de la agricultura predomina el cultivo del trigo, siendo una de las zonas productivas más importantes de España.
Dentro de la agricultura predomina el cultivo del trigo, siendo una de las zonas productivas más importantes de España.
En cuanto al sector secundario, el área de la industria está sometida a fuertes vaivenes tanto
estacionales como cíclicos, donde la realización de obras puntuales de infraestructuras o promocionales
puede generar empleo en determinados momentos.
El sector servicios (público y privado) es el que mayor población ocupa en todo el territorio.
El sector servicios (público y privado) es el que mayor población ocupa en todo el territorio.
- Turismo -
La hostelería es el otro gran sector de servicios, con alojamientos de diverso tipo y una oferta de
restauración de diversas categorías. El área territorial cuenta con 9 hoteles y moteles, 15 hostales y
pensiones, 10 fondas y casas de huéspedes, 21 casas rurales, 9 albergues y 3 campings.
El área territorial tiene un gran atractivo turístico. A continuación vamos a destacar algunos de los lugares
más seductores de La Bureba.
Esta zona cuenta con siete valles, en una disposición “radial” que da coherencia geográfica al territorio.
Cada uno de los valles está atravesado por un río diferente, siendo casi todos ellos afluentes del Ebro y,
por tanto, integrando el territorio en la cuenca hidrográfica del Ebro. Una pequeña parte del territorio, en el
entorno de la Merindad de Río Ubierna y el Valle de la Navas, vierte sus aguas al Arlanzón y, por ende, al
Duero. Cada uno de los ríos, a su vez, recibe aguas de diversos afluentes convirtiendo los recursos
hidrológicos en uno de los elementos clave de definición del paisaje y de articulación de su territorio.
En la parte noroeste de La Bureba se extiende el Valle de Las Caderechas, un bello y rico enclave que
entra en contacto con los primeros páramos castellanos. Una gran cresta caliza establece un perfecto
límite natural con el cercano Valle de Valdivielso, vertebrado por el caudaloso río Ebro.
Al sur se encuentra una de las villas más
importantes de la comarca y de la provincia de Burgos: Poza de la Sal. Ya en la
época de los romanos era un enclave de gran importancia, ya que se encuentra
ocupado por materiales salinos formados en el periodo triásico. Ya en el siglo
IX atrae la atención de los nobles castellanos, y es el Conde Diego Rodríguez
Porcelos quien repuebla la villa y levanta un castillo para su defensa. En el
siglo XIV la Familia Rodríguez de Rojas construyen un nuevo castillo amurallado
sobre los restos del anterior con el fin de proteger completamente la villa.
El castillo quedó en desuso y no sería rehabilitado hasta el 1808 por las tropas francesas para soportar los ataques de las guarniciones burgalesas hasta el fin de la guerra de la Independencia.
En la actualidad, Poza de la Sal es uno de los municipios más importantes de la zona, gracias a la conservación de su casco medieval, sus fiestas populares y al Centro de Interpretación de la Salinas atrayendo a una gran cantidad de visitantes.
El castillo quedó en desuso y no sería rehabilitado hasta el 1808 por las tropas francesas para soportar los ataques de las guarniciones burgalesas hasta el fin de la guerra de la Independencia.
En la actualidad, Poza de la Sal es uno de los municipios más importantes de la zona, gracias a la conservación de su casco medieval, sus fiestas populares y al Centro de Interpretación de la Salinas atrayendo a una gran cantidad de visitantes.
Entre las construcciones civiles, destacan los castillos de Monasterio de Rodilla y Poza de la Sal, sin
olvidar los restos de fortificaciones en Rojas, Zuñeda o Grisaleña.
Dentro del patrimonio religioso, el románico es el gran protagonista en La Bureba. Ejemplos
sobresalientes pueden encontrarse en Monasterio de Rodilla, Abajas, Valdazo, Navas de Bureba, Aguilar de Bureba, Lences, Castil de Lences, Soto de Bureba, Revillalcón, Los Barrios de Bureba, Rojas,
Quintanabureba, Piérnigas o Carcedo de Bureba, entre otros.
En cuanto a los monasterios y conventos, destaca el de San Salvador de Oña junto al de Santa Clara, en Briviesca, además del de Castil
de Lences.
El Monasterio de Oña se constituye durante siglos como uno de los monasterios más importantes de Castilla y en él se encuentran enterrados condes y reyes castellanos y navarros. La importancia del patrimonio artístico de este monasterio es tan grande que su visita nos muestra obras de arte de todas las especialidades y épocas.
El Monasterio de Oña se constituye durante siglos como uno de los monasterios más importantes de Castilla y en él se encuentran enterrados condes y reyes castellanos y navarros. La importancia del patrimonio artístico de este monasterio es tan grande que su visita nos muestra obras de arte de todas las especialidades y épocas.
En cuanto a Briviesca, además de ostentar el título de capital de la Bureba, posee innumerables lugares de interés, como el citado convento de Santa Clara, su casco histórico, su plaza mayor...
La riqueza y variedad geográfica, orográfica y climatológica de esta zona propicia la existencia de un
impresionante catálogo de productos capaces de satisfacer los paladares más exigentes.
Frutas y hortalizas, carnes y embutidos, lácteos, derivados de la harina, miel, frutos del bosque e incluso
algún que otro caldo se producen cada año para configurar una gastronomía de calidad.
Es por todo ello que muchas personas deciden tener una segunda residencia en los pueblos burebanos. Estos vecinos estivales aportan mucho a esta zona: ayudan a mantener las costumbres, colaboran en la conservación del medio...
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